MITOS MISÓGINOS: PANDORA EL ORIGEN DEL MAL DESDE UNA MIRADA PATRIARCAL

MITOS MISÓGINOS: PANDORA EL ORIGEN DEL MAL DESDE UNA MIRADA PATRIARCAL







Según la mitología griega, Pandora es la primera mujer, como Eva en la religión judeocristiana. Hecha por orden de Zeus como parte de un castigo a Prometeo por haber revelado a la humanidad el secreto del fuego.

Zeus enfurecido con Prometeo, ordenó la creación de una mujer que fue hecha, por diferentes dioses, llena de virtudes. Hefesto la moldeó de arcilla y le dio forma; Atenea le dio su ceñidor y la engalanó. Las Gracias y la Persuasión le dieron collares, las Horas le pusieron una corona de flores y Hermes puso en su pecho mentiras, palabras seductoras y un carácter voluble.

Prometeo como esperaba un castigo de Zeus por haberle robado el fuego, prohibió a su hermano Epimeteo, que recibiera regalos del dios, pero cuando Zeus le muestra a Pandora como presente, Epimeteo se enamora de ella y la hace su esposa.

Zeus, para llevar a cabo su castigo, regaló a Pandora un ánfora que contenía todos los males y las desgracias humanas (la vejez, la enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la plaga, la tristeza, la pobreza, el crimen, etcétera), advirtiéndole que no la abriera.

Hasta entonces, la humanidad había vivido una vida totalmente armoniosa en el mundo, pero Pandora abrió el ánfora que contenía todos los males (la expresión «caja de Pandora» en lugar de jarra o ánfora es una deformación renacentista) liberando a todas las desgracias humanas (. Pandora cerró el ánfora justo antes de que la Esperanza también saliera.

Y corrió hacia los hombres a decirles que no estaba todo perdido que aún les quedaba la esperanza.
Zeus envió un gran diluvio para destruir a la humanidad pero la hija de Epimeteo y Pandora, y su esposo, fueron las dos únicas personas que sobrevivieron al diluvio, en la versión griega del diluvio universal.

Etimológicamente la palabra "Pandora" significa "la portadora de todos los dones", siendo además la primera mujer. Según Robert Graves, estaríamos ante la versión griega de la Eva de la mitología bíblica. El mito intenta imponer a la mujer la culpa de todos los males de la humanidad, estaríamos por tanto ante un ejemplo de mito de una sociedad patriarcal que se ha impuesto a una antigua sociedad matriarcal.
Mitos misóginos
Es una falacia creer que podemos llegar a la era de la igualdad de lo sagrado femenino aceptando mitos misóginos.

El patriarcado se basa en una premisa: lo masculino es superior; lo femenino es inferior y/o malvado. Para asegurar su supervivencia, el patriarcado no puede aceptar ningún mito que lleve a lo sagrado femenino o a las mujeres a obtener poder. Por lo tanto, ningún mito patriarcal puede darle poder a lo sagrado femenino.

El mito de la caída es una de las falacias que debemos rechazar si vamos a abrazar lo sagrado femenino, en nuestro mundo y en nuestro Ser. Hay tres mitos principales de la caída que incluyen conceptos judeo-cristianos de lo sagrado femenino: Lilith, Eva y Sofía. Cada uno es un mito que demoniza a la mujer sexualmente independiente.

Lilith rechazó a Adán cuando este le exigió que aceptara un estatus inferior al suyo. Él trató de violarla. Ella huyó. Desde un punto de vista femenino, es una mujer con una gran autoestima. Desde un punto de vista patriarcal y misógino, es una mujer que debe ser demonizada para no correr el riesgo de que todas las mujeres se vuelvan independientes. Porque ella es sexualmente independiente, sus hijos son demonizados como bastardos deformes, una lección para todas las mujeres que quieran ser sexualmente independientes: sus hijos van a ser deformados, convertidos en bastardos, demonizados.

El mito se repite con Eva, cuyo crimen demonizador fue buscar y compartir la Sabiduría del Árbol del Conocimiento. Cuando leemos las palabras reales del mito, ella buscó todo el conocimiento, sin embargo, la tradición que nos ha llegado habla de trasgresión sexual. La trasgresión de ella, nos dice el mito, causó la “caída” del hombre – o el mal. Por causa de Eva, se nos dice, todas las mujeres deben ser gobernadas por los hombres y sufrir al dar a luz. Esta falacia todavía tiene peso en el gobierno y en las políticas médicas de hoy en día. El gobierno y los programas de salud privada pagan medicaciones como Viagra para potenciar la sexualidad masculina, pero no pagan el control de la natalidad que potencia la independencia sexual de las mujeres. Hace unos años, el Estado de California fue llevado a juicio por negarse a pagar la medicación para el dolor durante el parto de las madres que tenían Medi-Cal. No hubo ningún ejemplo en que se negara medicación para el dolor durante algún procedimiento médico que también afectara a los hombres o que los afectara exclusivamente.

La caída de Sofía es otra repetición de la misma historia. Ella era independiente y sus creaciones fueron hechas independientemente. La mitología también usa la difamación sexual para describir los aspectos creativos de Sofía. No es sorprendente que su independencia sea la fuente de todos los males y de la “caída del hombre”.

Parte del mito de la caída es que esta tierra es mala. No el universo. Ciertamente no el sol. Solamente esta tierra y su luna. No es sorprendente que, en el dualismo judeo-cristiano, la tierra y su luna sean consideradas femeninas – y el sol masculino.

Parte del valor del mito de la “caída del hombre” causada por un agente femenino, es alienar a los hombres de su cercanía natural con las mujeres. Ya que la mitad de la población –las mujeres en este caso– no va a aceptar voluntariamente un estatus subordinado, el patriarcado depende de la violencia para mantener a las mujeres sometidas. Sin embargo, el uso de la violencia para mantener el poder sobre laos otraos no se limita a sojuzgar a las mujeres. El patriarcado también está en guerra con la naturaleza y con otras tribus. Todos son enemigos de acuerdo con el “Dios” patriarcal, que justifica el uso de la violencia para combatir “el mal”.

Nadie puede creer en la Caída de Sofía sin creer en el dualismo y en el mal. Nadie puede creer en la Caída de Sofía sin creer que vivimos en un mundo imperfecto, creado y moldeado con maldad por lo sagrado femenino. Este falso dogma es la fuente de nuestra incomodidad con nosotraos mismaos y de nuestra inhabilidad para ver que somos perfectaos como somos, que fuimos creadaos como debíamos ser y que cada aspecto de nosotraos mismaos es sano y útil. No vamos a podemos sanar hasta que no abracemos todo lo que somos y toda la creación.

No vamos a sanar mientras nos imaginemos que la perfección se encuentra en alguna parte más allá de nosotros. Mientras el mito de la “caída” de Sofía, Eva o Lilith sea creído por nuestro Ser, estamos condenadaos a perpetuar los males que estos mitos han creado. La única forma de que lo sagrado femenino sea reclamado es rechazar los mitos que le niegan su belleza y plenitud.

- Loretta Kemsley.Women Artists and Writers International *
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